Sufrimientos
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas, si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 1 Pedro 2:20.
Años después de estar bien, disfrutando de una comodidad placentera tanto él y su familia sucedió algo inesperado, algo que no estaba agendado en los proyectos de su vida.
Aquel día amaneció triste; más triste que cualquier otro. La densa humedad que envolvía la ciudad parecía el presagio de algo funesto. Por lo menos, a Abel le daba la impresión de que aquel día marcaría su vida para siempre.
El reloj de pared indicaba las tres de la tarde en la casa donde él habitaba. Repentinamente se oyó la voz del sufrimiento muy lejano, como el lamento triste de muchas voces. A medida que los segundos transcurrían y las cosas empezaban a ser sacudidas por un cambio repentino, Abel percibió que se trataba de un inicio de sufrimiento.
El sonido de un revolver…Los segundos parecían una eternidad, y parecía que la tierra temblaba como un gigante herido Ante aquella escena, solo restó un coro de gritos de dolor, el sonar de una ambulancia y un escenario fúnebre de sangre, cuerpo herido, y olor a pólvora y muerte…
Aun en su sub consciente
Todavía cargaba en su inconsciente el peso de la culpa; como si él hubiese sido el causante de aquella tragedia, quizás por no haber sabido vivir, por actuar como un neófito y egoísta.
Pero después las inteerrogancias: -¿Por qué es necesario sufrir en este mundo?
Amado hermano (a) El dolor es una realidad del mundo de pecado en el que vivimos. Puede ser grotesco, irracional e injusto, pero es el pan de nuestro día a día. Sufren los justos, y también los injustos. Pero he aprendido amado hermano (a) en que hay una diferencia y La diferencia es que el sufrimiento de los justos es gloria. Te purifica, te pule, te limpia; trabaja el bello diamante que se esconde en ti.
Ya el dolor de los injustos no tiene sentido. Es como la herida purulenta, que va destruyendo lenta, imperceptible, pero completamente.
El cristianismo no te protege del dolor; Si, es cierto, Amado hermano (a) no te protege del dolor pero te da una nueva orientación a tu sufrimiento. Te hace grande, te ennoblece y te prepara para conquistas más grandes. Solo ten la seguridad de que en el momento del dolor estés en los brazos de Jesús. Pues, “¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas, haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario